9.12.11

DEMOCRACIA ¿y qué?

Año 1831: Alexis de Tocqueville, noble francés, viaja 9 meses a los Estados Unidos para evitar el alboroto resultante de la revolución de 1830. Si bien el declarado propósito de su visita era estudiar el sistema penal americano, Tocqueville hizo mucho más que eso durante su viaje. 
Su libro "La democracia en América" explica los fallos y las carencias de la democracia implantada en una sociedad que no está hecha a la medida que el sistema requiere:


  "Cuando la religión de un pueblo es destruida, la duda adquiere tal fuerza que paraliza parcialmente el resto del intelecto. Tal situación no puede sino enervar el alma, relajar las fuentes de la voluntad y preparar a la gente para la servidumbre. Cuando ya no existe un principio de autoridad religioso aparte del político, el hombre se va rápidamente asustando por la apariencia de su ilimitada independencia. El despotismo puede gobernar sin fe pero no así la libertad. La religión es mucho más importante en repúblicas democráticas que en cualquier otra. ¿Cómo es posible que una sociedad pueda escapar de la destrucción si su vínculo moral no es reforzado en proporción a relajamiento del vínculo político?"



"Tillsammans"...together, juntos, insieme...
Película sueca de 1975 rodada en una antigua comuna hippie de Stockholm

1 comentario:

  1. Seguramente son palabras apropiadas para una época histórica diferente de la nuestra. Un alegato contra el laicismo, contra un Estado alejado de todo Principio Superior que legitime su poder

    Pero no deja de ser muy apropiado para reflexionar sobre la pérdida del espíritu en el que estamos inmersos en Occidente ahora mismo: "...el despotismo puede gobernar sin fe, pero no así la libertad". No se me había ocurrido pensar sobre eso. Es muy interesante, sobre todo porque contraría notablemente el pensamiento "políticamente correcto" que nos acorrala y nos impide pensar sin prejuicios y con libertad. Viene a decirnos, hablando en términos más apropiados a nuestra época, que sin "espíritu" no es posible la libertad del hombre, pues la mirada se limita al terreno de la "apariencia", a esa irrealidad carente de contenido que viene a ser la materia, y queda cegada en la ignorancia, incapaz siquiera de atisbar algún reflejo de la luz que irradia lo que "es" de verdad. Y la ignorancia es el terreno abonado para los totalitarismos de todo signo.

    Un abrazo muy fuerte.

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